El poeta muerto

Tu pelo sin risos ni lisos, además tus ojos ni claros ni oscuros, así me enamoré.

Sin saber de amores se cómo pintar de mil colores,
contando historias y espantando novias, mi madre me vio crecer,
cuando la humanidad se aterra de una partida yo me empiezo a despedir,
es hora de contar mi vida, lo que te vine a decir.

No tengo la eternidad que te prometí, tan solo unos años junto a ti,
no se como contar palabras, las mil que puedes soportar de mi,
solo tengo un mar de versos que de mi corazón quieren salir,
he encharcado ya mi ojos y aún sin decir nada sigo, sigo aquí.

La vida la lleva el alma, si el corazón ha de latir,
la noche a la madrugada y a pasear quiero llevarte a ti,
a que contemos estrellas, a que me hagas reír,
y así mismo te doy mi vida, por hacerte sonreír.

Si en cortejarte esta la esencia sabes que lo hago muy bien,
y si es un caballero lo que quieres junto a ti,
mírame bien mujer, que yo vine a amarte a ti,
vine porque mereces para siempre ser feliz.

Mis días se están contando, es una cuenta regresiva,
cada día es una linea, un día más por vivir,
nunca notarás mi ausencia pues siempre estaré ahí,
cuídate bien y ten prudencia, eso me hará feliz.

Cuatro lineas que me quedan, cuatro días para escribir,
solo hay tres cosas eternas, Dios, el amor y lo que queda escrito aquí,
es hora de despedirme, no tengo otra oportunidad,
soy el poeta muerto, tuyo hasta la eternidad.

Jorge Leonardo Gaitán Guerra