Quizá tanto se esforzó Barbanegra en el siglo XVIII como Jack Sparrow en la ficción por encontrar tesoros, quizá los vikingos en la edad media hicieron lo suyo, pero yo un simple mortal he descubierto que hay un tesoro que vale más y aunque mas difícil de llegar a él, vale la pena arriesgarse y aventurar. Se trata de un preciado tesoro protegido por una curiosa especie, indescifrable en su actuar, de reacciones extrañas que refleja tanta dulzura como puede también expresar un odio que nadie mas en el universo puede jamás reflejar; se sabe que hay millones en el planeta, pero entre su misma especie reinan los celos y las envidias, quizá por conocer desde adentro su complejo actuar, cuentan quienes han aventurado a conseguir el tesoro que su custodio proteje su reflejo, no les gusta dejarlo ver y mucho menos que alguien se acerque a él, dice la leyenda que quien consiga atrapar este tesoro será el hombre mas feliz del mundo, que no habrá mayor gozo, que entonces en ese momento en que lo consiga, buscara a muerte no desprenderse de él y lo protejerá al igual que su guardian, pues encontrará la vida eterna para su felicidad, he decidido arriesgar y buscar ese tesoro, no se como conseguirlo, solo se que a esta preciada fortuna le llaman: “El corazón de una mujer”.
Jorge Leonardo Gaitán Guerra
